5 Verdades que nadie te dice sobre la Diabetes Tipo 2

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5 Verdades que nadie te dice sobre la Diabetes Tipo 2

¿Tienes más de 50 años, diabetes tipo 2 y tomas metformina? Este artículo es para ti. 

Millones de personas toman metformina creyendo que están controlando su diabetes, pero ignoran verdades esenciales que podrían cambiar el rumbo de su enfermedad. 

Si te han diagnosticado recientemente o llevas años con esta condición, sigue leyendo.

No son los carbohidratos: la verdadera causa de tu glucosa alta

Mucha gente cree que eliminar el pan, el arroz o la fruta resolverá su diabetes. Pero la ciencia (y la experiencia clínica) dicen otra cosa.


El problema real es el exceso de grasa visceral, incluso en personas delgadas. Esta grasa visceral hace que tu glucosa no pueda entrar dentro de las células, lugar donde debería estar, y no en la sangre. Esa grasa visceral, por así decirlo, hace como de “tapón” e impide que almacenes la glucosa. 

Por eso quitarte los carbohidratos a corto plazo funciona, pero a largo plazo no. Sería como si tienes un grifo y cortas el agua. Puede ser que deje de acumularse agua en el fregadero, pero el desagüe continúa atascado. Y ese es el verdadero problema. A largo plazo, mientras no arregles el desagüe (grasa visceral) dará igual que cortes el grifo (ingesta de carbohidratos) ya que la tubería (órganos) sigue atorada igual. 

Por cierto ¿Sabías que puedes ser delgado y tener grasa acumulada en órganos vitales como el hígado y el páncreas?

 Tus músculos son tus mejores aliados contra la diabetes

Pocos lo saben, pero el músculo es el mayor almacenador de glucosa.
Si llevas una vida sedentaria, tus músculos no están ayudándote a regular la glucosa como deberían.

¿La solución? Incorporar ejercicio de fuerza y actividad física diaria. No hace falta empezar por una hora en el gimnasio: un cambio progresivo y constante puede marcar la diferencia.

¿Por qué los músculos son los mejores aliados contra la diabetes?

El músculo es un órgano clave en el control de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, lo que lo convierte en un aliado fundamental para combatir la diabetes, especialmente la tipo 2.

  • Mayor captación y uso de glucosa: Los músculos utilizan glucosa como fuente de energía, especialmente durante y después del ejercicio. Cuando la masa muscular aumenta, también lo hace la capacidad del cuerpo para captar glucosa desde la sangre, ayudando a reducir y regular los niveles de azúcar sanguíneo.
  • Mejora de la sensibilidad a la insulina: El entrenamiento de fuerza y el ejercicio regular aumentan la sensibilidad de las células musculares a la insulina, lo que significa que el cuerpo necesita menos insulina (o ninguna) para introducir la glucosa en las células. Esto es clave para prevenir y controlar la resistencia a la insulina, característica central de la diabetes tipo 2.
  • Aumento de los receptores GLUT-4: El músculo esquelético contiene transportadores GLUT-4, responsables de trasladar la glucosa al interior de las células. El ejercicio y el aumento de masa muscular incrementan el número de estos receptores, facilitando aún más la entrada de glucosa y mejorando el control glucémico. Es como si en lugar de tener el hueco de una ratonera tuvieras el Arco del Triunfo a tu disposición. 
  • Reducción de la grasa corporal: Más músculo implica un metabolismo más activo, lo que ayuda a quemar más calorías y a reducir la grasa corporal, otro factor de riesgo para la diabetes. Y lo mejor de todo, quemas la grasa visceral aunque no pierdas peso en cómputo global. Como digo en mi libro, Maldito Azúcar, “el ejercicio es a la grasa visceral como el quitagrasas a la vitrocerámica, mano de santo”. 
  • Disminución de la hemoglobina glucosilada (A1c): El ejercicio regular y el aumento de masa muscular contribuyen a reducir la A1c, un marcador clave del control glucémico a largo plazo. 

Recomendaciones

Se recomienda combinar ejercicios aeróbicos (como caminar a paso ligero, trotar, remo o nadar) con ejercicios de fuerza (como levantamiento de pesas, uso de gomas elásticas o calistenia), ya que ambos actúan de manera complementaria para maximizar el control de la glucosa y la salud metabólica.

La metformina no funcionará para siempre

Tu cuerpo puede adaptarse a los medicamentos, y con los años estos pueden perder efectividad. Esto se llama tolerancia, como la que se desarrolla al beber café.
Lo que hoy controla tu glucosa, puede dejar de hacerlo mañana.

¿El mejor plan a largo plazo? Apostar por hábitos sostenibles que mejoren tu salud desde la raíz.

¿Por qué pierde la eficacia?

La metformina puede perder efectividad por varias razones, principalmente relacionadas con la interacción con otros medicamentos y cambios en el organismo del paciente.

  • Interacciones medicamentosas: Algunos fármacos pueden disminuir la eficacia de la metformina para reducir el azúcar en sangre. Entre ellos se encuentran medicamentos para las convulsiones (como la fenitoína), antipsicóticos (fenotiazinas), corticosteroides, estrógenos, algunos medicamentos para la tiroides y la isoniazida usada en tuberculosis. Estas combinaciones pueden interferir en el mecanismo de acción de la metformina, haciendo que controle peor los niveles de glucosa.

 

  • Progresión de la diabetes: Con el tiempo, la diabetes tipo 2 puede avanzar y el páncreas puede producir cada vez menos insulina e incrementarse la resistencia a la misma. Cuando esto ocurre, la metformina sola puede no ser suficiente para controlar los niveles de glucosa, requiriendo el uso de otros medicamentos o insulina.

 

  • Factores individuales: Cambios en el estilo de vida, aumento de peso, menor actividad física o una dieta inadecuada pueden contribuir a que la metformina sea menos efectiva en el control glucémico. 

 

  • Problemas de absorción o adherencia: La falta de adherencia al tratamiento o problemas gastrointestinales que dificulten la absorción del medicamento también pueden reducir su efectividad.

 

En resumen, la metformina puede perder efectividad debido a interacciones con otros medicamentos, la progresión natural de la diabetes, cambios en el estilo de vida o problemas de absorción y adherencia al tratamiento

 

La diabetes no apareció de la noche a la mañana

La mayoría de las personas que hoy tienen diabetes tipo 2 han estado desarrollando esta enfermedad silenciosamente durante 10 o incluso 15 años antes de recibir el diagnóstico. Es decir, no es cosa de un día para otro. 

Durante este tiempo, el cuerpo va perdiendo progresivamente la capacidad de regular los niveles de glucosa en sangre debido a la resistencia a la insulina y a la disminución de la función de las células beta del páncreas. 

 

Factores como los malos hábitos alimenticios, el estrés crónico, el sedentarismo y una mala relación con la comida contribuyen de manera significativa a este proceso. 

Numerosos estudios científicos han demostrado que la prediabetes, una condición previa a la diabetes tipo 2, puede pasar desapercibida durante años, ya que suele ser asintomática y solo se detecta mediante análisis de sangre.

 

 

Aceptar esta verdad no es motivo de culpa, sino de empoderamiento. Comprender que la diabetes tipo 2 es el resultado de años de pequeños desequilibrios acumulados significa que también hay margen para intervenir y mejorar. 

Numerosas investigaciones han comprobado que, con cambios sostenidos en el estilo de vida —como mejorar la alimentación, aumentar la actividad física, reducir el estrés y mantener un peso saludable— es posible revertir parte del daño, e incluso lograr que los niveles de glucosa vuelvan a valores normales o prediabéticos. 

 

 

Así, la prevención y el manejo temprano son herramientas poderosas para cambiar el rumbo de la enfermedad y mejorar la calidad de vida.

Además, buenas noticias, cuanto más precoz sea esta mejora de los estilos de vida y antes se detecte la diabetes en estado de prediabetes, mejor pronóstico tiene esta. O dicho de otra forma, cuanto más tarde te pongas las pilas, peor. 

 

Sin un cambio de mentalidad, no hay resultados duraderos

Muchos preguntan: “¿Qué es mejor, yogur o kéfir?” Y la verdad es que esa no es la pregunta importante.

Lo que realmente importa es cómo organizas tu vida, cómo tomas decisiones día a día:

  • ¿Caminas mientras esperas a tus hijos o ves TikTok en el coche?

  • ¿Vas al gimnasio o pospones tu salud hasta "el lunes"?

  • ¿Compras comida real o productos procesados?

Hasta que no cambies tu relación con la comida y el autocuidado, no verás resultados sostenibles.

Conclusión: la diabetes tipo 2 sí puede mejorar, pero solo si actúas ya

No necesitas cambiar tu vida de un día para otro. Solo necesitas empezar hoy, con un 1% de mejora diaria.

La reversión de la diabetes no es una fantasía, es una posibilidad si tomas el camino correcto.

 ¿Qué hacer ahora?

  • Comienza a moverte un poco más cada día.

  • Deja de obsesionarte con los alimentos individuales y enfócate en patrones de vida.

  • Descubre el método SMART para cambiar hábitos en el libro del Dr. Bravo.

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